El comienzo de curso está a la vuelta de la esquina y puede que éste sea el primer año de tu hijo o de tu hija en educación infantil o educación primaria, es decir, quizás esté ante un cambio de etapa o ciclo.
Si es así, seguro que este artículo te puede ayudar a acompañar mejor los cambios que pueden suceder en este comienzo de curso, de un modo tranquilo, seguro, informado, respetuoso y consciente.
Mi hijo comienza Educación Infantil, ¿cómo puedo acompañarle en este proceso?
Cuando nuestro hijo comienza la etapa de educación infantil, puede haber estado escolarizado previamente o no en una escuela infantil pero, en cualquier caso, se trata de un cambio muy significativo ya que un centro escolar no es una escuelita por varios aspectos que los diferencian:
El espacio es nuevo, mucho más grande, con más niños, más ruidoso, la rutina varía y, sobre todo, los adultos de referencia son desconocidos y hay que establecer un vínculo afectivo entre ambos.
Es importante que tengamos en cuenta varios aspectos para realizar una adaptación adecuada que se ajuste a las necesidades de nuestro hijo y las acompañe de una manera respetuosa:
- La anticipación es una herramienta muy positiva, podemos emplear un calendario u otra herramienta visual (p.e.: fotos) para explicar el proceso, ya que estas estrategias suelen ser de gran ayuda. Se trata de proporcionar calma y seguridad a nuestro hijo, explicándole lo que va a suceder, contándole siempre la verdad desde la amabilidad y la serenidad.
- Es esencial que mantengamos una actitud positiva ante el cambio, ya que si nuestro hijo observa que estamos nerviosos, miedosos o tristes ante la separación, le acabaremos trasladando nuestras inseguridades. A veces sin darnos cuenta podemos hacer que se sientan como nosotros nos sentimos contagiados por las llamadas neuronas espejo.
- Debemos confiar en el centro escolar que hemos elegido. La coordinación entre familia y escuela es esencial y debemos dar tiempo a la adaptación.
- Validar las emociones de nuestro hijo es fundamental. En todos los procesos lo es, pero ante los cambios aún más, ya que surgirán momentos de todo tipo y debemos acompañarlos adecuadamente, comprendiendo que no hay emociones buenas ni malas, sino que se trata de comprender el proceso, abrazarlo y transitarlo. Recordemos que nosotros somos los adultos y debemos saber acompañarles favoreciendo la confianza, el vínculo afectivo y la seguridad en sí mismos y en nosotros.
- No olvidemos que son niños y necesitan un tempo adecuado para llevar a cabo cada proceso e integrarlo en su rutina. No es conveniente que realicemos todos los cambios a la vez como, por ejemplo, dejar el pañal, pasar a la cama, dejar el chupete… es preferible esperar a que cada proceso esté adquirido antes de comenzar con el siguiente paso.
Mi hijo comienza Educación Primaria, ¿cómo puedo acompañarle en este proceso?
La etapa de educación primaria comienza a los 5- 6 años de vida.
La mayor parte de los niños habrán estado escolarizados previamente, e incluso puede que en el mismo centro, aunque siempre tenemos que valorar cada caso individualmente.
Aún así, los cambios van a ser evidentes, ya que no es lo mismo la etapa de infantil que el cambio a primaria, ya que la rutina de trabajo suele variar, los espacios tienden a estar estructurados de otro modo, el profesional de referencia varía y hay una modificación en cuanto a metodología y rutina se refiere.
Existen varios aspectos diferentes que debemos considerar para acompañar adecuadamente este proceso:
Existen varios aspectos diferentes que debemos considerar para acompañar adecuadamente este proceso:
- Es esencial cuidar nuestro lenguaje. Debemos validar las emociones que aparezcan, ponerles nombre y acompañarlas. Es imprescindible que no pongamos etiquetas y tengamos paciencia. Que pasen de infantil a primaria no tiene por qué ir de la mano del concepto “hacerse mayor”, ya que siguen siendo pequeños.
- Debemos dar respuestas sencillas y claras a las preguntas que les vayan surgiendo. Para ello es necesario pasar tiempo juntos, con conversaciones, ratos de juego, comidas en familia, tiempo compartido antes de ir a dormir, paseos…
- Alentar es la base en todo cambio. Nuestros hijos necesitan que les demos alas e impulso para crecer, aprender, atreverse, lanzarse y volar. Somos su base segura, su hogar, por lo que debemos dejarles probar, intentar, equivocarse o acertar y siempre volver a nosotros, siendo sus incondicionales.
- Es fundamental darles autonomía, basada en sus capacidades. Ser autónomo es ser independiente en aquello que mis capacidades me permitan, por lo que deben cooperar en las tareas del hogar, preparando su mochila o su ropa para ir al colegio, ayudando en tareas cotidianas como poner o quitar la mesa, guardar la compra, aprender a ducharse solos, etc.. Se trata de ir dando autonomía, que les ayuda a construir su autoestima y les ofrece libertad e independencia.
Y, ¿cuáles son las posibles alteraciones que nos podemos encontrar a la hora de adaptarse a un cambio de ciclo?
- Puede haber alteraciones en las rutinas básicas, como el sueño, la alimentación, los miedos, el control de esfínteres… Quizás aparezcan algunos retrocesos y es totalmente natural. Nuestro papel es acompañar este proceso y dar tiempo para que el niño se adapte poco a poco, sin prisa,comprendiendo el momento por el que está pasando.
- Puede que esté más irascible, que llegue a casa enfadado, triste o tenga rabietas de manera más habitual o intensa. Es algo natural. Como todo proceso, necesita de un tiempo y debemos acompañar sus emociones para que sepa expresarlas adecuadamente y se sienta seguro y amado incondicionalmente.
- Quizás necesite más contacto físico y emocional, demandando nuestra compañía para todo, incluso para actividades que antes hacía solo, como comer, ir al baño o dormir. Es importante que nos mostremos disponibles y accesibles.
Y sobre todo, acompañemos esta etapa con muchas ganas, sabiendo que nuestros hijos nos necesitan y somos su base segura de amor, calma, afecto e impulso. Seamos el espejo donde queramos que se vean reflejados. Todo pasará.
Alejandra Melús – Maestra, experta Atención Temprana y Primera Infancia
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