Los bebés empiezan a hablar durante sus dos primeros años de vida.
Entre los cuatro y los seis meses, empiezan los primeros balbuceos del bebé.
Lo cierto es que desde el día uno, bastante antes de sus primeras palabras, ya está aprendiendo y absorbiendo como una esponjita sobre las reglas (escritas y no escritas) de comunicación de los mayores.
Si atendemos a las estadísticas, las niñas aprenden a hablar antes y muestran más disposición para conversar que los chicos.
Qué hacer para fomentar las ganas de hablar de tu bebé
Lo más importante de todo es que hay que hablar y mucho además.
Esto es, si desde el primer día le hablas y le comentas cosas es muy positivo como estímulo de cara a su desarrollo..
Aunque parezcan tonterías pero es bueno tener en cuenta que ahora le toca un gran cúmulo de primeras veces.
Es muy beneficioso para su desarrollo que les presentemos las cosas que le rodean, incluso las partes de su cuerpo, con todo lujo de detalles también, las descripciones detalladas y profundizar bien: es el momento de decirle éste es el mundo y es así 🙂
Ante estos comentarios que les hagamos no van a entender palabra por palabra lo que decimos. Pero les gusta el contacto con la voz de su madre y aprenden escuchando.
- Háblale por su nombre. Dirígite a tu bebé directamente, mírale a los ojos y llámale por su nombre, que lo asocie.
- Imítale, le chiflará. Es importante estimularles también en el momento que empiezan a emitir sonidos y ponen a prueba su voz. Es importante que pongamos atención, escuchemos y contestemos a sus «comentarios»: le gusta y le encanta que les contestemos e imitemos.
- Para hablar bien la primera regla es saber escuchar: demos ejemplo. Hay que escucharle mucho y con atención, detenidamente, a fuego lento. Si no es buen momento no pasa nada: hablando se entiende la gente, se lo explicamos y listo.
- Léele mucho. Contarle cuentos es un recurso muy bueno y además, necesario para que aprendan y se superen día a día. Contémosles historias desde el primer día, lo agradecerán.
- Cántale a todas horas. Les encanta que les cantemos, les gusta estar cerquita y escuchar y sentir en tu pecho y las sensaciones que les transmites: no hace falta tener buen oído o ser cantantes experimentados, basta con tener ganas de alegrarles el día y arrancarse. Además, en tu casa no te escucha nadie: ¡canta! Os lo pasaréis pirata ¡los dos!
- Las formas lo hacen todo. Cuando empiezan a hablar es importante darles un poco de cancha en el sentido de que, obviamente, cometerán errores sobre todo al principio y lo mejor es ser pacientes y repetirles la frase correctamente para reforzarles y no decirles claramente que se equivocan.
- Equilibrio para ti, equilibrio para él. Tu estado emocional es importantísimo. Los bebés tienen una capacidad de empatía envidiable y captan todo, cómo te sientes en cada momento, etc.
Y tu bebé, ¿ya ha empezado a hablar? 🙂
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