¿Podemos ayudar a nuestros hijos a valorar lo que tienen?
Javier De Haro, psicólogo infanto-juvenil
Luces. Decoración navideña. Turrones en los supermercados. Puestecitos en las calles. Anuncios y anuncios de juguetes en la televisión. Definitivamente la Navidad ha llegado. Y con ella también asoma esa pregunta recurrente que nos hacemos cada año: ¿Qué les regalamos? ¡Si tienen de todo!
¿Qué haremos estas Navidades? ¿La regla de los 4 regalos? ¿Espaciarlos para evitar el “empacho”? ¿Coordinarnos con la familia? ¿O repetiremos la barra libre de juguetes de cada Navidad? La clave no se encuentra tanto en lo que vayamos a hacer estos 15 días, sino en lo que hacemos durante todo el año.

La actitud de muchos niños de pedir y pedir, de quererlo todo ya y de parecer felices en base a lo que tienen es el resultado de la costumbre. Wilde ya nos avisó con eso de que “con las mejores intenciones obtenemos muchas veces los peores resultados”. Por supuesto que todos queremos darles lo mejor a nuestros hijos y que no les falte de nada pero ¿tener tanto y conseguirlo tan fácilmente les permite valorar lo que tienen?
No me malinterpreten. Es difícil no caer en ese juego de regalar sin ton ni son. Soy el primero en pecar en exceso más de una vez porque antes que psicólogo soy padre. Por eso, como seguramente va a ser casi imposible que estos días no les “caiga del cielo” ese huevo de chocolate que nos pide por la calle, el coche que ha visto en un escaparate o el globo con luces que se ha cruzado en el camino, aquí tenemos varios consejos que nos van a ayudar en nuestra lucha por enseñarles a valorar y a agradecer lo que tienen.
Cómo hacer el regalo perfecto a mi hijo
1º Tan importante es saber aceptar un regalo como aprender a hacerlos.
Darles los regalos uno a uno y con tiempo para que asimile, agradezca y valore lo que tiene es importante. Al mismo tiempo, ellos también pueden regalar. No hace falta que compren nada. Hacer un dibujo, una manualidad, practicar una canción para cantarla y bailarla, etc. De esa forma aprenden que los regalos implican un esfuerzo, un cariño y el pensar en los demás.

2º Hay que cuidar nuestras pertenencias.
El orden y cuidado de las cosas deben ser hábitos que potenciemos en nuestros hijos. Terminamos de jugar a algo, recogemos antes de coger otra cosa. Aprendemos a no golpear, tirar o romper las cosas. Antes de cenar, ordenamos nuestros juguetes que están tirados por la habitación. Incluso, por qué no, limpiamos nuestros juguetes periódicamente.
3º No pueden tener todo lo que piden cuándo y cómo desean.
No es lo mismo lo que quiero que lo que necesito. Por supuesto que vamos a cubrir todas sus necesidades, pero acostumbrarlos cada día a recibir eso que ven por la calle o esa chuchería que nos piden no les ayuda a saber que las cosas implican un coste y un esfuerzo. El resultado será más de una rabieta seguro, pero será mucho más sano que aprendan a esperar o a ganarse lo que quieren.
4º Sé un buen ejemplo.
Debería ser la primera. Y es que podremos repetirle mil veces lo importante que es valorar las cosas, lo importante que es ser agradecido y lo importante que es cuidar lo que tenemos. Pero siempre será mucho más efectivo que nos vean valorando, agradeciendo y cuidando lo que tenemos. ¿Queremos que sean buenos, solidarios y generosos? Sin duda lo entenderán e interiorizarán mejor si al explicárselo antes nos han ven a nosotros serlo.
5º Varía el tipo de regalo que le haces a tu hijo.
Juegos simbólicos, grupales, educativos, que fomenten la imaginación y la creatividad, aquellos relacionados con temáticas que les atraigan, cuentos, experiencias, ropa, etc. Esto es como todo. Si les acostumbramos desde pequeñitos y les ayudamos a divertirse, a disfrutar o a ver lo bien que están con esos regalos, va a ser mucho más sencillo que valoren lo que tienen.
En definitiva, valorar lo que uno tiene es una lección que hay que aprender más pronto que tarde, aunque nos pueda costar tiempo, paciencia y más de un disgusto. En todo caso, nunca debemos olvidar que educar es como sembrar: lo que hagamos hoy les ayudará a ser más felices mañana.