Deberes ¿A favor o en contra?
Alejandra Melús. Atención temprana y estimulación
Desde hace años el tema de los deberes escolares es bastante controvertido.
Han existido muchos debates e incluso manifestaciones respecto a este asunto, donde algunas plataformas relacionadas con la educación se han pronunciado sobre todo ello exponiendo las razones por las que los deberes no deberían ser obligatorios.
Es importante conocer las necesidades en cada etapa del desarrollo de los niños y las niñas, ya que no podemos exigirle lo mismo a un niño de 4 años que a uno de 14 y no es lo mismo estar cursando la etapa de educación infantil, que educación primaria o educación secundaria.
Por todo ello es importante conocer las cualidades y habilidades del niño en cada etapa, sabiendo qué es lo que podemos exigirle según su desarrollo y sus capacidades.
Durante los años de educación infantil los niños de 3 a 6 años acuden gran parte del día al centro escolar, quedando tan solo un rato de la tarde libre para tareas extraescolares, la hora de la merienda, un tiempo de juego, el baño y la cena.
Si tenemos en cuenta las necesidades reales de esta etapa, los niños y niñas de 3 a 6 años necesitan llevar a cabo tareas lúdicas, creativas y de imaginación, siempre a través del juego y la diversión.
Además es una etapa donde hay mayor plasticidad cerebral y el juego debe ser la principal herramienta del niño para aprender y descubrir el mundo.
Las actividades que se propongan después del colegio, deben ser siempre de entretenimiento y diversión.
Mediante el juego pueden repasar conceptos del colegio, pero sin ser tareas cerradas que impliquen normas complejas o fichas interminables.
El juego les proporciona la adquisición de todos los conocimientos que necesitan adquirir a lo largo de esta etapa.
A partir de la educación primaria y continuando en la etapa de secundaria, dependerá mucho del centro escolar, del profesorado y la metodología de cada escuela, pero la gran mayoría de colegios o institutos sí son partidarios de repasar en casa mediante tareas o deberes aquello que se ha trabajado en el colegio.

El debate de los deberes
Deberes ¿sí o no? ¿a favor o en contra?
A continuación expongo una serie de argumentos a favor y en contra de los deberes, donde así cada uno puede analizar los puntos expuestos y crear su propia idea al respecto:
A favor de los deberes:
- Repasar lo aprendido en el colegio, hace que afiancemos los conceptos y se asienten.
- Aprender hábitos y rutinas de estudio promueve la autonomía del niño y la niña.
- Tener una mayor autonomía en la realización de actividades, hace que nos sintamos más capaces de nosotros mismos y con mayor autoestima.
- Realizar tareas en casa nos hace mejorar la capacidad de razonamiento y ser más críticos con aquello que nos enseñan, teniendo la capacidad de cuestionarnos lo que aprendemos y buscar más información en otras fuentes.
- Gracias a las tareas en casa, potenciamos también la memoria, la atención y la lógica.
- Los deberes nos enseñan a organizar el tiempo y la materia de manera autónoma.
- El esfuerzo es uno de los mejores valores que podemos aprender a lo largo de la infancia. Y los deberes nos enseñan a esforzarnos, a pensar, a buscar información y métodos de realizar las cosas, a sentirnos orgullosos de nuestros propios esfuerzos.
- Trabajar de manera individual nos ayuda a procesar la información de un modo diferente al que se realiza en el centro escolar.

En contra de los deberes:
- Las familias con menos recursos, tanto económicos como culturales, pueden sentirse excluidas en algunas tareas que se solicitan realizar en casa, ya que no todos los alumnos tienen los mismos medios, ni disponen de las mismas herramientas ni materiales para llevar a cabo los deberes. Puede haber alumnos que no dispongan de un ordenador, o de conexión a internet o de un adulto que les ayude a resolver sus dudas.
- No todas las familias pueden acompañar a sus hijos en los deberes, supervisando sus tareas, respondiendo a sus necesidades ni ofreciendo el apoyo que éstos precisan.
- Los deberes son a veces excesivos si tenemos en cuenta todas las horas que pasan los niños en el colegio y la cantidad de materias que estudian cada día. Debe haber siempre coordinación entre el profesorado para que los niños dispongan cada día de tiempo de juego o tiempo libre tras la jornada escolar. Jugar no es un privilegio sino un derecho y así viene recogido en La Convención de los Derechos del Niño.
- Los deberes siempre deben ser sobre el contenido tratado en horario escolar, ya que no todas las familias tienen los conocimientos necesarios para explicar cada una de las materias. Es decir, habrá familias que no sepan inglés o no entiendan de matemáticas, y no puedan ayudar a sus hijos si el contenido no ha sido tratado previamente en el aula y el niño ya lo conoce previamente. Es decir, los deberes deben ser un repaso de lo que se aprende en el aula.
- Los deberes deben ser siempre valorados por el profesorado. No es tan importante la cantidad sino la calidad de éstos. Es decir, el alumno debe sentirse valorado por el trabajo que hace y realiza por sí mismo en casa, siendo reconocido por sus profesores. Se debe valorar el esfuerzo y no tanto el resultado final.
- Los deberes deben ser atractivos y con un fin concreto. No se trata de mandar tarea por ocupar el tiempo del niño, sino con el fin de repasar unos conocimientos concretos o para mejorar en un aprendizaje.
- Si algo no funciona es misión del profesorado mejorarlo y cambiarlo para que el alumnado se sienta motivado y el fin de los deberes siga siendo el de aprender, reforzar, afianzar y adquirir mejor el conocimiento de los contenidos curriculares.
En definitiva, los deberes pueden ser una herramienta súper útil y funcional para el repaso de aprendizajes escolares, y además nos sirven a los padres para observar lo que están aprendiendo nuestros hijos cada día, manteniéndonos al tanto de cada aprendizaje.
Debemos tener en cuenta que los deberes nunca deben suplir el tiempo de juego de cada niño, y que además los niños y niñas deben descansar su mente y desconectar del colegio, al igual que los adultos necesitamos desconectar del trabajo o de cualquier labor que llevamos a cabo cada día de manera rutinaria y constante.
Y sobre todo, debemos valorar cada caso de manera individual, teniendo en cuenta que cada niño es único y no todos aprenden del mismo modo ni al mismo ritmo.