Aunque son situaciones de lo más desagradable, las rabietas son algo normal en los niños, sobre todo entre los que tienen entre 2 y 4 años.

Estos ataques de rabia que les dan a veces a los peques son su formas de liberar la frustración y el enfado, en una etapa de su vida en la que todavía no controlan bien sus propias emociones, y en la que se enfrenta a grandes cambios.

Qué hacer ante una rabieta

Si tu peque está pasando por esta dura etapa de sus vidas, apunta estos consejitos que te ayudaran a saber qué hacer ante una rabieta:

1. Evita las situaciones conflictivas: la cola del supermercado, el quiosco de la esquina… así evitaremos disgustos innecesarios.
2. Atento a las señales previas: antes de que el niño se enfade hay unas señales que nos pueden indicar que al niño no le gusta algo. Si les prestamos atención, podremos evitarlas.
3. Ponte en su lugar: la forma de comprender la realidad de los niños es muy diferente a la de los adultos, por eso debemos hacer un esfuerzo para entender por qué nuestro hijo se enfada.
4. Se flexible: a veces los padres llenamos la vida de normas y límites que no tienen verdadero sentido práctico y que es fuente de frustración para los pequeños.
5. Apuesta por la comunicación: cuanto mejor pueda explicar el niño lo que le pasa , más fácilmente podréis buscar una solución que satisfaga a todos. Por eso, debemos fomentar la comunicación desde que son bebés.
6. Ten un «plan B»: no siempre podemos darles lo que quieren, debemos tener claros cuales son los juegos favoritos de nuestros hijos para poder ofrecerles una alternativa cuando insisten en conseguir algo.
7. El cansancio es un enemigo: algunas situaciones son muy aburridas o cansadas para los niños,tenemos que saber reconocer cuándo están cansados para evitar que esto provoque una rabieta.
8. Manten la calma: cuando surgen los conflictos debemos evitar tensarnos, pues esto sólo agravará la situación. Relájate y evita que el niño perciba que estás nerviosa o enfadada.

Y tú, ¿cómo controlas las rabietas de tu peque?