Basta con 20 minutos de ejercicio moderado tres veces a la semana durante el embarazo, para mejorar el desarrollo del cerebro del niño recién nacido.
Investigadores del Centro de Investigación del Hospital CHU Sainte-Justine, afiliado a la Universidad de Montreal, en Canadá afirman:
«Somos optimistas de que esto anime a las mujeres a cambiar sus hábitos de salud, teniendo en cuenta que el simple hecho de hacer ejercicio durante el embarazo puede marcar una diferencia para el futuro de sus hijos».
Desde el primer día si no existe riesgo para el embarazo podemos practicar ejercicios suaves y adecuados para esta etapa. Es importante que sea un médico el que nos supervise y nos aconseje lo mejor en cada uno de los casos.
Si no solías hacer ejercicio antes del embarazo
Hay opciones que implican un nivel suave de esfuerzo físico y que son muy beneficiosas, os contamos algunas:
- Caminar. Es la actividad perfecta: fácil de practicar y te proporciona beneficios cardiovasculares. En la recta final del embarazo, facilita el trabajo de parto debido al balanceo pélvico durante la caminata, que ayuda al borramiento del cuello uterino en la primera fase del parto, la dilatación precoz o latente.
- Ejercicios aeróbicos suaves. Ya sean clases presenciales o mediante vídeos online o DVD. Lo mejor es que sean específicos para esta etapa.
- Natación. El agua relaja, hace sentir más ligera, y a la par hace que ejercitemos todas las partes del cuerpo sin incidir en las articulaciones, lo cual lo convierte en una actividad ideal para este momento de la vida.
- Yoga prenatal. Reduce y hace mucho más llevadera y la tensión y consigue hacernos estar más flexibles y fuertes.
- Tai-chi. Viene genial para trabajar la respiración, muy importante durante todo el embarazo y parto, la postura y eliminar dolores y tensiones. También ayuda a mejorar la flexibilidad y tonifica.
Cuándo parar
Si sientes cualquiera de estos síntomas durante el ejercicio, debes parar y acudir o llamar a tu médico:
- Dolor en cualquier parte del cuerpo, especialmente en la espalda y pelvis.
- Fatiga excesiva
- Mareos o sensación de desmayo
- Falta de aire
- Hemorragia vaginal
- Dificultad para caminar
- Contracciones
- Pérdida de líquido por la vagina
- Reducción de los movimientos del feto (aprende a monitorear los movimientos del bebé, pero recuerda que el bebé suele estar más tranquilo cuanto más activa estés tú)
- Palpitaciones cardiacas o pulso acelerado, incluso después de descansar.
Más info sobre este tema en Baby Center
Bebés más listos por que sus madres hicieron deporte en el embarazo, en El Mundo.
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