En estos días hemos podido leer un artículo de Gema Lendorio en El País que se ha hecho viral, en él la periodista nos da su opinión como madre sobre el calendario escolar francés.
Una opinión de primera mano ya que lleva a sus hijas a un colegio francés, pero vive en España. Este artículo participa en el debate que se ha abierto con el inicio de este curso escolar en el que la comunidad de Cantabria ha adoptado un calendario muy similar.
En Tutete me pidieron saber mi opinión ya que yo llevo a mi hijo a otro cole francés también aquí en España. Acepté encantada, aunque con una pequeña condición: lo haría desde el anonimato ya que por respeto a la intimidad de mi hijo y también por mantener unas normas básicas de seguridad que nos hemos impuesto en casa, aunque yo sea profesional del mundo blog, no hago públicos algunos datos esenciales de la familia como puede ser el colegio al que asiste.
Espero que se entienda este punto de partida y no se interprete como ocultarse para opinar, porque no es esa la intención.
Así que dicho esto, empecemos.
Calendarios escolares ¿educación o necesidad?
Vamos por partes.
Muchísima gente cuando se entera que mi hijo tiene un calendario escolar distinto me pregunta lo mismo: «¿Qué tal lleváis el calendario infantil francés? ¿Tiene muchas ventajas sobre el español?».
Lo cierto es que llevarlo a un colegio francés no fue la primera idea, salió sobre la marcha. Estuvimos yendo a las jornadas informativas de colegios de nuestro entorno unas cuantas semanas.
Vivimos en una zona con bastantes colegios cerca de casa y visitamos todos los que pudimos para conocer bien los métodos de cada uno, filosofía y demás. Entre ellos también decidimos añadir a la lista de visitables algún cole internacional por tener otra opción (el sistema de sorteo, puntos y demás es perverso y no deja elegir realmente si tienes mala suerte y hay que tener plan B) y por el tema idiomas.
Por afinidad con la cultura, el idioma e incluso raíces familiares, optamos por ver sólo el colegio francés. En la reunión nos convenció mucho tanto el sistema educativo francés por el que se rige como por otros aspectos.
Sí que al principio, (confieso que yo no tenía ni idea), vimos con algo de preocupación el tema del calendario escolar, sobre todo porque al preguntar en nuestro entorno nos decían que “están todo el día de vacaciones”.
Estuve investigando por internet y también leí opiniones similares en foros de colegios, un padre por ejemplo decía en uno que no lo recomendaba porque como juntaban las vacaciones españolas con las francesas se pasaban el curso sin ir al colegio. Algo que es totalmente incierto porque no es así, pero quizás es el run-run que se nos queda al ver que los periodos vacacionales están más espaciados
Realmente los días lectivos son incluso más que en España (somos uno de los países con más vacaciones). Luego está el tema de los días y las horas semanales, que acaban siendo similares.
Respecto a jornada, ésta es partida y tiene la peculiaridad del «día corto», que actualmente es el miércoles, y es lectivo sólo la mitad, por la mañana. Es el día por excelencia de las extraescolares y también hay comedor.
Eso cuando son pequeños, cuando crecen la jornada escolar se intensifica y pasa a ser de 8 a 17 h y ese rato “libre” del miércoles se usa en la preparación del Baccalauréat, siendo las jornadas y las semanas bastante
largas e intensas, más que aquí actualmente.
Sobre las vacaciones, una vez vivido decir que tampoco es tan distinto. Hay unas en otoño de más o menos una semana, las de navidad que son casi calcadas a las de aquí, una semana más o menos en febrero, y las de primavera. El curso empieza el 1 de septiembre (se mueve un poco según en qué día cae) y se acaba el 30 de junio, teniendo dos meses enteros de vacaciones de verano.
Tienen 10 días festivos. 7 comunes a nosotros y difieren de los nuestros en 3 el 5 mayo, ascensión y el 11 de noviembre, Armisticio (y el 14 de julio pero no es lectivo). Los periodos de vacaciones varían en pocos días en 3 zonas distintas (aquí también tenemos calendarios que varían algo en cada comunidad), pero están alrededor de los mismos días. Quedan así: Todos los santos. Navidad. Vacaciones de invierno (por febrero) y de primavera (abril/mayo).
Pero nosotros no acabamos decidiendo matricularle en función de las maravillas de este calendario, los criterios fueron otros y muy variados, los pusimos por delante y la circunstancia del calendario la adaptamos a nuestra vida como no podía ser de otro modo.
Aún así, decir que nuestro hijo lo lleva muy bien, el ritmo es bastante adecuado, aún es pequeño, pero no vemos que acabe agotado en los periodos de clases y aguanta el ritmo.
El tema del calor en verano de momento lo lleva bien, es algo que preocupa mucho cuando sale este tema, pero creo que sería, de ser necesario, un tema que se podría mejorar o intentar solucionar de alguna manera. De todos modos con el cambio climático quién sabe si los 40º diarios nos llegarán antes dentro de pocos años. Lo digo totalmente en serio.
Para nosotros, los padres, no ha supuesto mucho problema, nos hemos acabado adaptando. ¿Es complicado conciliar? Sí.
Pero lo es igualmente o más con el calendario español por la sencilla razón de que no se tienen tantas vacaciones como los escolares, si sumas días al año.
Ni siquiera siendo profesional liberal, porque el trabajo está sujeto a fechas de entrega, requerimientos de clientes etc. Puedes tener más flexibilidad en coger las vacaciones, pero también la tienes para cancelarlas en el último minuto. Doy fe.
Además no olvidemos que los horarios y vacaciones dependen de un montón de convenios y sectores distintos y haya el que haya siempre a alguien le será complicadísimo.
Oficinistas, empleados de comercio, propietarios de hostelería, médicos, recepcionistas, artistas… A veces olvidamos que hay infinitas circunstancias y argumentamos sobre la nuestra. Sólo hay que leer los comentarios a noticias como la del País.
Volviendo a nuestro caso, con el calendario francés además nos ahorramos los inconvenientes de cuadrar horarios familiares en los días de adaptación o las medias jornadas de inicio y final de curso porque sencillamente no existen. Se empieza del todo, horario normal, por eso también cuadran luego las horas.
Así que en junio y septiembre sí tenemos más fácil la conciliación.
En España los periodos de adaptación son de locura por lo que veo a mi alrededor. Compaginar horarios de hermanos y de toda la familia para que el niño vaya una hora y media un día y el hermano 3… y luego casi dos semanas sin clase por la tarde. Todo el mundo no tiene media jornada…
No entiendo que se vea tan marciano el calendario francés cuando el nuestro es tan venusiano. Y tan lleno de puentes que no siempre nos podemos coger los padres. Yo tuve un trabajo en el que la norma era vetar los puentes. Ni uno. Entonces no tenía hijos, aunque también me gustaba conciliar con mi vida.
¿Y cómo nos apañamos?
Como todos, un mix y variando: colonias urbanas (en nuestro caso el colegio a través de la Asoc de padres se ofrecen colonias para los más peques, pero hay otros centros y empresas que sabiendo que estos niños tienen vacaciones en épocas a «destiempo» ofrecen colonias en esos días), abuelos, familiares, vacaciones alternado padre/madre y algunas coincidiendo.
Pero sería lo mismo que haríamos con un calendario español. No cambia nada tanto.
¿Nos gusta este calendario?
Sí.
Yo en mi caso particular lo veo positivo, repartir más los parones para que los peques descansen, desconecten, afiancen lo aprendido (tampoco se trata de cargarles a deberes)… y para los padres salir más a menudo de la rutina no está nada mal, aunque sea simplemente una rutina de vacaciones parciales en la familia. Buscar tiempo para estar más en familia más a menudo etc.
Aunque trabajemos si los niños no tienen clases al día siguiente las cenas se pueden alargar más, por ejemplo.
Pero en general cada vez que se habla de tocar el calendario escolar o los horarios de clase parece que pinchamos en hueso y el debate se acalora.
¿Por qué?
En todas las reuniones de los colegios a los que fui me llamó muchísimo la atención que las primeras preguntas que se hacían eran las referidas a los
horarios, si había extraescolares al mediodía, o si ofrecían servicios de madrugadores, etc. Una mamá incluso, delante mío en uno de estos coles,
llevaba un cuadrante en DINA3 con un montón de colegios y en las casillas iba rellenado horarios de entrada y salida. Había visitado ya muchos por lo lleno que lo tenía. Es de locura.
De la misma forma que no es justo tener que basar la elección de un colegio en sólo tema calendario u horarios, antes de echarnos los trastos a la cabeza los que opinamos que es mejor uno u otro, quizás deberíamos reflexionar y pensar si no habría que cambiar otras cosas antes y dejar de asumirlas como inevitables.
Más flexibilidad, horarios más razonables (escolares y laborales), políticas reales de conciliación, apoyo a las familias…
Y de la misma forma, la elección de una jornada o de un calendario tendría que basarse en criterios pedagógicos, y no en criterios ni opiniones políticas, económicos, de modas o incluso religiosos. Depende de quién parte la idea de hacer algún cambio de este tipo ya sabes quién se va a oponer. Es un disparate.
Los colegios no son lugares donde dejar al niño mientras trabajamos. No es su fin básico.
En lugar de ver qué es lo mejor para los niños e incluso para nosotros asumimos que todo es así y ni nos planteamos que los cambios deberían empezar por otro lado.
Demos prioridad a la educación y luego encajemos el resto de piezas. Y demos prioridad a la conciliación y todo encajará.
Todo en beneficio de las personas que van a tomarnos el relevo en la sociedad, los niños y niñas y se merecen una buena educación.
Y vosotros ¿qué opináis sobre los calendarios escolares?
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