Sara Palacios, aunque en la red muchos la conocen como Walewska (su nombre de guerra), es curiosa, inquieta, seriéfila, gafapastas y a ratos pedante.
Mamá de Mencía y Aldara los que la conocen dicen que tiene mucho sentido del humor y «yo no sé si soy graciosa o no, pero que me gusta reírme continuamente es un hecho. ¡Soy una optimista incorregible!»
Podéis seguirla en su blog Mamis y Bebés
Murphy, vete a paseo
A ver como os lo explico yo. ¡Mecachis en las conchitas que hay en la arena de la mar salada! (que a estas horas no sé si hay menores por aquí). ¿Por qué cuando nos convertimos en madres nos volvemos de repente super atractivas para ese señor que se llama Murphy? ¿Por qué si algo puede salir mal, saldrá? Estaréis conmigo en que a veces parece que nos haya mirado un tuerto y todo nos sale al revés. El único consuelo es que parece que no somos las únicas. Hoy nos reímos por no llorar con esos 10 momentos en los que hubieses querido mandar a paseo a Murphy.
1. Parecidos
Todo el embarazo con ciática. Amenaza de parto prematuro. 32 horas dando a luz en la semana 42 porque resulta que después tanto intentar no dar a luz antes de tiempo no hay manera de que salga. Sufriendo como una loca porque no había manera de que la niña bajase un poco, sin epidural porque tú querías parto natural. Tre-in-ta-y-dos. Ni una mas ni una menos. Cuando por fin sale y te la ponen encima… es igual que tu suegra. La misma cara y la misma mala leche. ¡Con lo bien que te cae!

Se parece A MÍ
2. Y otras veces no
O al revés. Tienes fotos en las que cuesta distinguir si es tu peque o tú porque sois, claramente, como dos gotas de agua. Ninguna persona del mundo lo pondría en duda … salvo tu suegra que se obstina en encontrarle parecido con un tal Tío Mariano, tío en cuarto grado de tu marido al que nunca has visto antes. Claro, es mucho más lógico que se parezca a él que a su propia madre. ¡Claro, claro!

Que no te empeñes… se parece como un huevo a una castaña
3. Justo hoy
Tienes a toda tu familia cerca. Tu hijo es el único sobrino, el único nieto: habitualmente hay bofetadas por quedarse con él. Salvo esa noche. Ese día en el que ¡por fin! has decidido irte de novios con tu marido. Ya ni te acuerdas de cómo era. Planazo: cenita en sitio chupi y después a ver ese musical que llevas años deseando ver. Pues justo ese día NADIE se puede quedar con tu peque. Tu madre está de viaje, tus suegros celebran las bodas de oro de unos amigos y los tíos tienen cena de empresa ¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!

A mí no me mires…
4. De cena
Cena de empresa. Has conseguido alinear los astros y tu pareja se queda con los niños. hace tanto tiempo que no sales que te has venido arriba, te has comprado un vestido mono en el que cabes y puedes hacer algo tan accesorio como respirar y hasta has ido a la peluquería a arreglar esas raíces que has intentado hacer pasar como mechas californianas sin demasiado éxito. Tres horas vistiéndote, otras tres maquillándote para que a las 8 de la tarde, apenas hayas puesto el pie en la calle te entre un sueño del horror. Tú te las prometías muy feliz, pero a las 12, cuando estás acabando con el postre, estás que te quieres morir y sólo quieres irte a la cama. Con lo que hemos sido y en lo que hemos quedado…

Le pilló el sueño cuando iba a salir por la puerta
5. Súper oportuno
Que los niños son muy oportunos lo sabemos todos. Tu bebé es una niña muy tranquila, que duerme plácidamente y a la que apenas habéis oído llorar. Salvo el día ese en que has salido más de la cuenta (¡una vez al año! ¡una!) y tienes una pequeña resaca fruto de haberte tomado DOS cervezas con alcohol. Salvo ese día en el que has pillado un virus de esos que traen de las guarderías (y que son como pequeñas bombas atómicas) y te quieres morir. Ese día tu bebé llorará lo que no está en los escritos. Por eso de colaborar y hacértelo todo más sencillo…

Y así, en bucle
6. Las manchas
Los niños parece que huelen cuando es necesario que vayamos monas. Es ese momento en que deciden regalarnos una regurgitación en el hombro, unas manos sucias, un moquillo inconveniente. Las probabilidades de que esto ocurra aumentan cuando no tenemos nada más limpio. Ese día tienes doble posibilidad. ¡Yuju!

No me quedaba nada limpio ya
7. ¡Pero es que ni un minuto!
Pero no creáis que estas cosas nos pasan sólo con nuestra ropa. ¿Cuántas veces pasa que has tenido que cambiar a tus hijos enteros antes de salir de casa? Especialmente cuando los has vestido todos monos para el bautizo del primo Miguel. Si el vestido es caro, cuenta doble. Que sí, que son niños … ¿Pero no podrían ser niños LIMPIOS? (al menos diez minutos, no pido más)

Algo así, más o menos.
8. Cuando te vas de paseo
Las madres a veces cuando salimos tendemos un poco a la exageración, especialmente cuando somos primerizas. McGyver fabricó aparatos con menos cosas que las contenidas ahí. ¡Hay de todo! Pero da lo mismo. Que salgas con muchas cosas o con pocas no te va a librar porque justo vas a necesitar aquello, justo aquello, que no has cogido. O esperarán a que pasen el día preciso en que te olvidaste. Aún recuerdo aquella vez tratando de limpiar a mi hija una caca asesina hasta el cuello en un baño sin cambiador, con pocas toallitas y sin ropa de recambio…

Nunca pensé que una caca pudiese llegar hasta el cuello
9. Eligió un mal momento
Tu bebé es habitualmente una dulzura. Salvo ese día en el que necesitas que se porte bien, que justo entonces muta en la niña del Exorcista. Reunión familiar con la familia política (ahí, dando motivos para que tu suegra levante la ceja). El festival del cole de su hermano mayor. En la visita al museo. O cuando simplemente todo va mal y estás ya a punto de echarte a llorar porque nada puede ir peor. Pues sí que puede, sí. Siempre puede ir peor.

Definitivamente eligió un mal día…
10. Sí, eligió un mal momento
Y también son especialistas en dejarnos fatal a las madres. Mi hija lloraba 10 horas al día, salvo cuando había gente presente. En la puerta del colegio siempre estaba dormida como una bendita. Encima de mí, pero dormida. Diálogo típico «Oh, pero qué bien se porta…» «Que no, que no, que llora mucho» «Qué va a llorar, mira que sois exageradas las madres». O cuando le dices a tu madre «mamá, que no hay manera de que se duerma, una hora todos los días»… y a los cinco minutos sale toda pichi diciéndote «ha puesto la cabeza en la almohada y se ha quedado sopa» ¿¿¿QUÉ HACES, MADRE, LA DROGAS???
Digamos que los niños siempre eligen para portarse bien o portarse mal el momento en que peor te viene. Por llevar la contraria. Claro.

Soy tan mona…
Menos mal que en el fondo los queremos. Lo mejor es hacernos un let it go, relajarnos… y echarnos unas risas. Porque total, para lo que nos va a servir echarnos a llorar…
2 Comments
Me parto, es total del todo jajajaja
Jajajaja ¡es buenísimo!
Estas navidades fui a conocer a mi sobri más pequeñito y nada más dármelo el peque empieza a llorar desconsolado… no había manera de que se calmara y es que justo empezó a tener gases y ni quería comer, ni dormir, ni nada.
Y la mamá y la abuela diciendo que él nunca lloraba tanto, que eso nunca pasaba, que era un santo de niño jejejejeje
Lloró hasta 5 minutos antes de irme, cuando por fin se quedó dormidito.
Ley de Murphy XD