Por Sonia López Iglesias. Psicopedagoga, maestra y formadora de familias.
La Navidad es una época del año mágica para niños y adultos. Una fecha señalada en el calendario que esperamos todo el año para poder compartir con la gente que queremos en largas sobremesas con deliciosa comida. Además de hacer planes familiares y disfrutar de una ciudad que se viste con sus mejores galas. Las luces de colores, los nacimientos, los árboles decorados y los puestos de artesanía navideña nos sumergen en la ilusión y nos hacen viajar al pasado recordando la emoción que sentíamos cuando éramos pequeños al levantarnos el día de Reyes y ver cómo, junto al árbol, nos habían dejado los juguetes que tanto deseábamos.
Sin duda los auténticos protagonistas de estas fechas son los niños, que esperan entusiasmados que se cumplan todos los deseos que han escrito en sus cartas. Bicicletas, pelotas, juegos de construcción y de mesa, muñecas, cuentos, videojuegos o patinetes son algunas de las peticiones que hacen los niños a sus Majestades los Reyes Magos que están a punto de llegar de Oriente con sus camellos cargados de regalos.
Nuestros hijos tienden a pedir y esperan un exceso de regalos y juguetes que, en muchas ocasiones, no van a ser capaces de valorar. Las familias, en estas fechas, no deberíamos dejarnos arrastrar por el afán de comprar y consumir y realizar un ejercicio de conciencia y responsabilidad en el momento de decidir los regalos que van a recibir los pequeños de la casa. Las reglas de regalos para niños nos pueden ayudar a encontrar el equilibrio.
Consecuencias del exceso de regalos en Navidad
De forma muy errónea, pensamos que la felicidad de nuestro hijo dependerá del número de regalos que perciba y eso es falso. Regalamos mucho más de lo necesario y más de lo que la emotividad de un niño puede percibir. Pensamos, equivocadamente, que los niños tienen más necesidad de recibir que de dar.
Esta súper abundancia de obsequios únicamente fomentará la sobre estimulación del pequeño haciéndole sentir desbordado, alterado y sin la capacidad de centrarse en ningún juguete en particular. Le hará sentir triste e insatisfecho e influirá negativamente en su calidad de juego y disminuirá su alegría y diversión.
Es muy importante que durante estas fechas enseñemos a nuestros hijos valores tan importantes como la solidaridad, la generosidad o la gratitud. Que aprendan a estimar todo aquello que ya tienen y a ser conscientes de que los objetos materiales no son los responsables de la felicidad en la vida.
Niños hiperregalados
El síndrome del niño hiperregalado se refiere a aquellos niños que reciben muchos regalos pero que sienten que nunca son suficientes para estar felices. Un síntoma que provoca que el niño no aprecie los obsequios que recibe, pierda la ilusión y se comporte como una persona egoísta e inconformista, que se muestre furioso e irascible cuando no reciba lo que él espera y sienta celos por lo que los demás reciben.
Un niño que se acostumbre a recibir regalos en exceso se convertirá en un niño caprichoso, egocéntrico y materialista, asentará en el consumismo su bienestar y mostrará dificultades para apreciar todo lo bueno que tiene a su alrededor y gestionar correctamente la frustración. La abundancia de regalos será muy perjudicial para su desarrollo haciéndole creer que las cosas se consiguen sin esfuerzo y provocando que viva siempre con el sentimiento de que nunca tiene lo suficiente. Además, mostrará dificultades para desarrollar su imaginación, creatividad y su capacidad resolutiva ante el aburrimiento.
Consejos para evitar el hiperregalo
Tres ideas útiles para evitar el exceso de regalos en Navidad
- Regalos con propósito para niños
Antes de escribir la carta, será clave que orientemos al niño ofreciéndole pautas claras que le ayuden a elegir regalos que le hagan realmente ilusión o que necesita, evitando así que se deje llevar por los estímulos publicitarios a los que está sometido que pueden hacerle pensar que lo desea todo. Podemos alentar al niño a pedir regalos educativos y significativos que le permitan desarrollar su creatividad, relaciones sociales, valores positivos y mejorar su actividad física. En el mercado, podemos encontrar muchos juegos para modelar, realizar experimentos, jugar en el exterior, construir y superar divertidos retos que le ayudarán a aprender jugando.
- La Regla de los Cuatros Regalos
Pautar el número de regalos ayudará al niño a pedir lo que realmente desea e ilusiona. Utilizar la “técnica de los cuatro regalos” nos ayudará a poner sensatez y buscar una lógica educativa a sus deseos. Esta regla educativa propone al niño pedir a sus Majestades un máximo de cuatro cosas:
– El primer regalo debe ser algo que realmente el niño necesite como por ejemplo un bañador para sus clases de natación o unos patines para la práctica del patinaje.
– El segundo obsequio que elija será un libro o un juego que le permita aumentar y mejorar su aprendizaje. Visitar alguna librería de la ciudad dará buenas pistas a los Reyes sobre los géneros o colecciones que más le llaman la atención.
– El tercero debe ser una prenda o accesorio que pueda ponerse, como una sudadera o un gorro para protegerse del frío.
– Por último, el niño deberá elegir un regalo que desee con toda su ilusión, algo que anhele hace tiempo y sepa que le va a hacer muy feliz.
Cómo enseñar la gratitud a los niños
Las familias no debemos utilizar los regalos navideños como moneda de cambio para hacer chantaje al niño. El número de juguetes que reciba el niño no debe depender de su comportamiento o de los resultados académicos que obtenga. Podemos aprovechar esta fechas para trabajar valores tan importantes como la gratitud, ayudando al niño a darse cuenta de lo privilegiado que es porque los Reyes le dejen regalos bajo el árbol a él y el resto de la familia.
Aunque a menudo nos resulte complicado, las familias deberíamos apostar por la calidad de los regalos navideños frente a la cantidad. No podemos olvidar que si un niño recibe todo aquello que pide y tiene más cosas de las que puede disfrutar, se convertirá en una persona poco agradecida, insatisfecha e insaciable. Su felicidad y buen comportamiento dependerán del número de regalos que reciba y vivirá con la sensación de que nunca tiene lo suficiente. Será un niño infeliz, incapaz de disfrutar de la magia de las fiestas. Las familias no podemos olvidar que el mejor regalo que le podemos ofrecer a un niño es pasar tiempo juntos jugando y creando recuerdos para toda la vida.
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