Dra. Anna Estape. Pediatra
La aparición de nuevos lunares en la piel de nuestros hijos durante la infancia y la adolescencia es muy habitual. Normalmente los bebés nacen sin lunares o con muy pocos y hasta los 30 o 40 años pueden ir apareciendo nuevos lunares.
Aunque el melanoma (cáncer de piel más grave) es muy infrecuente en los niños, la aparición de un nuevo lunar o el cambio de uno ya existente suele ser motivo de preocupación en las familias.
Un lunar es una acumulación de melanocitos (células que dan pigmento a la piel). La mayoría son benignos y pueden variar en tamaño, forma o color. Pueden ser planos o abultados, y aparecer en cualquier parte del cuerpo. Tanto el número como el aspecto de los lunares es cambiante, y depende de cada persona.
Dos de los factores más importantes que determinarán la aparición de un lunar son nuestra genética y la exposición solar. A mayor exposición solar, mayor número de lunares. Por eso es tan importante limitar nuestra exposición solar y protegernos muy bien del sol.
¿Cuándo un lunar debe preocuparnos?
- Si tiene un crecimiento desproporcional al crecimiento del niño y de forma muy rápida. Los lunares suelen crecer de forma proporcional al niño, si está en el dedo y el dedo del niño crece, el lunar crecerá proporcionalmente.
- Si cambia bruscamente de forma. Los lunares pueden oscurecerse o aclararse con los años, pero no de forma brusca. También pueden tener pelo.
- Si aparece un nuevo color dentro del mismo lunar.
- Si aparece una herida encima del lunar o aparece sangrado en el lunar sin ningún motivo.
- Si aparece un lunar completamente distinto a los demás.
Si tienes dudas sobre si un lunar ha cambiado o no, te recomiendo que hagas fotos de tus lunares, de esta forma será mucho más fácil y fiable comparar su evolución.

¿Cómo detectar un lunar peligroso?
Una fórmula rápida para detectar si un lunar debe preocuparnos, a parte de lo comentado anteriormente, consiste en la regla ABCDE:
- A de Asimetría. Si divides el lunar en dos partes y ambas partes son diferentes
- B de Bordes irregulares. Si los bordes del lunar no están bien definidos.
- C de Color. Si existen diferentes colores en el mismo lunar o aparece un color nuevo en un lunar.
- D de Diámetro. Los lunares mayores de 6 mm deberían revisarse con más frecuencia.
- E de Evolución. Cualquier lunar que cambia drásticamente de forma, color o apariencia.
Si aparece alguna de estas características deberíais consultar con vuestro pediatra o dermatólogo para examinar el lunar. Es posible que vuestro pediatra o dermatólogo use un dermatoscopio para explorar el lunar. El dermatoscopio es un tipo de lupa que permite ver el lunar con más detalle. Es una maniobra que no duele.
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