Charlotte Nabizada (logopeda infantil)
Los tiempos de adquisición del lenguaje es un tema frecuente de angustia entre los padres y tutores. Habitualmente solemos escuchar muchas opiniones distintas sobre qué hacer cuando nuestra hija o su hijo no comienza a hablar en los tiempos esperados: desde dejar que el tiempo pase sin intervenir, hasta buscar un diagnóstico temprano para saber cómo va a evolucionar.

¿Cuándo empiezan los niños a desarrollar su lenguaje?
En primer lugar, debemos tener en cuenta que existen muchos factores que pueden retrasar esa adquisición y que es necesario entender que las circunstancias y los ritmos de cada niño son diferentes. A nivel orientativo, se espera que vayan cumpliendo ciertos hitos en cuanto a lenguaje y comunicación, estos son algunos de ellos:
Hasta el año de edad:
- Mostrar una intención de comunicarse
- Emitir sonidos, balbuceo
- Obedecer una orden simple cuando se acompaña de expresiones y gestos
- Comprender el “No”
- Imitar la entonación
- Producir sonidos como respuestas
- Emitir primeras palabras

Entre el año y un año y medio:
- Comprender aproximadamente 20 palabras
- Expresar alrededor de 10 palabras o más
- Decir su nombre
- Producir una entonación de pregunta
- Responder a preguntas por “Si” o “No”
- Pedir algún tipo de alimento nombrándolo
- Imitar sonidos de animales o emplear los sonidos para nombrar esos animales
- Combinar el uso de palabras y gestos para expresar sus deseos
- Nombrar algunos juguetes
Entre un año y medio y dos años:
- Emitir alrededor de 50 palabras aproximadamente
- Empezar a producir frases de 2 palabras
- Comprender entre 100 y 200 palabras
Entre los dos y tres años:
- Producir frases de dos palabras (dos sustantivos, sustantivo-adjetivo, sustantivo-verbo, locuciones)
- Indicar su edad con los dedos
- Realizar una serie de dos peticiones relacionadas
- Responder preguntas de “dónde”
- Presentar más o menos 200-300 palabras
Dentro de un desarrollo que consideramos ´normal´, existen también diferencias individuales en cuanto a los tiempos de adquisición, es decir ritmos distintos según el niño. Algunos asumen más riesgos, por lo que parecen hablar antes, que utilizan más nombres aunque suelen cometer más errores al construir frases. También nos podemos encontrar con niños que parecen aprender más tarde, mostrándose más cautos a la hora de enseñar sus habilidades y utilizando menos nombres pero más palabras referentes a acciones, incluso mostrándose más avanzados en comprensión. Por esa razón, como primera recomendación, pensamos que es importante evitar comparaciones con el desarrollo de otros niños, sino más bien ver la evolución que tiene con respecto a si mismo.

¿Cuándo es necesaria una valoración?
Es necesaria una valoración y seguimiento cuando el niño no comprende ni emite lenguaje alrededor de los dos años de edad, y que comprendan pero no emitan lenguaje alrededor de los tres años.
En estos casos, y ante cualquier duda la primera recomendación es acudir al pediatra para que pueda valorar al niño y derivar las pruebas en caso de ser necesarias. Posteriormente, el logopeda podrá evaluar el lenguaje de manera más específica y establecer rutinas de trabajo continuado tanto con el niño como con su entorno.
¿Qué factores pueden influir en el desarrollo del lenguaje de un niño?
A través de la valoración, llegamos a identificar en ocasiones otros motivos que influyen en los tiempos de adquisición del lenguaje, que pueden retrasar o dificultar su desarrollo:
- Tiempos distintos de maduración
- Hospitalizaciones, UCI, dificultades de alimentación
- Problemas de audición (p.e. Otitis seromucosas)
- Bilingüismo o muy frecuente exposición a varios idiomas desde una etapa temprana
- Dificultades de aprendizaje, como Trastorno del Lenguaje o Trastorno del Espectro Autista
- Trastornos psicoafectivos
La mayoría de estos factores necesitan una intervención temprana para ayudar a la niña o al niño y a su familia en su evolución.

¿Qué puedo hacer si me preocupa la evolución del lenguaje de mi hijo?
Cuando nos sentimos preocupados por ese aspecto, ante la duda mejor consultar al pediatra y al logopeda.
Por otra parte, trataremos de encontrar un término medio entre estar vigilantes y respetar sus tiempos de evolución, proporcionándole experiencias y momentos de juego en los que se pueda expresar libremente, repitiendo después lo que nos ha dicho como modelo (p.e. “- Ate”, – “Ah! Quieres chocolate?”).
Compartiremos momentos de atención hacia objetos o acciones para mostrarle las palabras y las frases correctas, evitando ruidos de fondo y otras distracciones.
Existen una multitud de trucos para estimularlos, es importante aprender a conocerlos para que nos vayan guiando ellos hacia lo que más les gusta y les motiva, y nos muestren como se comunican a su manera. Nuestro rol seguirá siendo el de cuidador, siempre desde el cariño y acompañándolo.
Debemos siempre tener en cuenta que cada desarrollo será único.
Leave A Reply