Y es el tema que aborda Leopoldo Abadía en su libro Abuelos al borde de un ataque de nietos, una obra más familiar y reivindicativa que las anteriores pero con el mismo humor que le caracteriza.
Abuelos y abuelas, ¡suerte que les tenemos! Más de una vez nos sacan de un apuro cuando el niño se pone malo o no llegamos a recoger a la niña a la salida del cole, ¿verdad?
La conciliación laboral y familiar también es cosa de abuelos y abuelas, ya que son quienes la hacen posible al atender necesidades de guardería casi en régimen 24 horas. Esto es una realidad.
Abuelos al borde de un ataque de nietos
Abuelos y abuelas se convierten en asistentes 24 horas pero ¿es esto justo para ellos? Al fin y al cabo igual no pueden –o no quieren– asumir esa responsabilidad pero, claro, sí quieren echar una mano a sus hijos… Ahí la trampa que desvela Leopoldo Abadía.
Ya no tienen la vitalidad –ni a veces la salud– necesaria para correr detrás de los nietos ni para aguantar los tiras y aflojas del día a día que acaban con la estabilidad mental de cualquiera. Y físicamente también se notan los años y es posible que cuando se marchen los nietos y se sienten en el sofá les duela hasta el último de sus huesos…

Obviamente no hay una receta única ni mágica, y la realidad es compleja, bien lo sabemos. Abadía ofrece una reflexión sobre esta situación real que se da en todas las familias y que debería partir del agradecimiento hacia las figuras de los abuelos y abuelas y su generosa disponibilidad.
La relación entre abuelas/-os y nietos/-as no es la misma que la que se tiene con los padres y madres, y su cuidado no necesariamente implica educarles del mismo modo que hacen los progenitores.
La flexibilidad y la cesión ante el capricho es parte de su función tradicional, el papel de los abuelos: malcriar, en el mejor sentido del término. Madres y padres deben olvidarse de “prolongar su férrea mano una vez que entregan los hijos a los abuelos”. Confianza y agradecimiento.
Abadía pretende, en 200 páginas, tratar con humor un tema complicado y que sirva para “aprender a disfrutar de la familia y enseñarle al lector a llevar una convivencia mucho más llevadera”.
Sobre el autor
Abuelo de 48 nietos, Leopoldo Abadía no habla solo desde la teoría. Con conocimiento de causa reflexiona, con su habitual sensatez y sentido del humor, sobre los temas cotidianos de la vida. En este caso concreto, cómo superar la brecha generacional que le separa de sus nietos y las diferencias con la paternidad.

Probablemente, es más conocido por su faceta de economista, y aún le recordaremos por su libro La crisis ninja, donde explicaba de forma inteligible la crisis económica mundial. A partir de ese momento, comenzamos a verle con frecuencia en televisión.
En el fondo, este tema no está desligado de la economía y, al humanizarla en estas personitas, nos identificamos y nos resulta mucho más cercano, ¿verdad?
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