Durante el embarazo la mujer sufre diversos cambios tanto emocionales como físicos, y estos últimos pueden generar molestias a niveles musculares y en la columna.

La lumbalgia durante el embarazo es una de las dolencias físicas más comunes. Todas las mujeres sufren dolor en la espalda en un momento u otro durante el periodo de gestación.

La lumbalgia es un dolor generalmente fuerte en la zona baja de la espalda que puede llegar a resultar muy molesto. Hoy te contamos cómo prevenirlo.

¿Por qué se produce?

Según va creciendo el útero se modifica la posición de la columna vertebral: las vértebras lumbares se desplazan hacia delante y las vértebras dorsales se desplazan hacia atrás.

Además, debido a la relaxina, una hormona que segrega la mujer para facilitar el paso del bebé por el canal de parto, los ligamentos y articulaciones se vuelven más laxos y no sujetan bien la columna. Por otro lado, el aumento de peso según va creciendo el bebe, los movimientos bruscos, las tensiones y los trastornos óseos también influyen negativamente en el dolor lumbar.

Cómo prevenirlo

• Cuando nos agachemos para para coger algo del suelo no debemos doblar la espalda, sino flexionar las rodillas y mantenerla recta.
• Utilizar calzado cómodo, evitando los zapatos con un tacón muy alto o aquellos excesivamente planos
• No coger demasiado peso y evitar los movimientos bruscos.
• Sentarse bien, con la espalda recta apoyada en el respaldo de la silla.
• Podemos usar una faja especial que nos ayude a reforzar la zona lumbar.
• Evitar permanecer mucho tiempo de pie.
• Dormir de lado con las piernas apoyadas sobre un cojín para evitar que al dormir boca arriba la espalda se arquee demasiado

Remedios

• Debemos comenzar a realizar gimnasia acuática a partir del quinto mes de embarazo pues reducen los dolores lumbares.
• El yoga también es una actividad muy recomendada pues relaja la espalda y corrige las malas posturas.
• El reposo y los masajes son los mejores aliados para aliviar el dolor
• Aplicar calor seco ayuda a remitir el dolor, pero prolongar demasiado el tratamiento puede llegar a ser contraproducente.
• Si las molestias no desaparecen debemos acudir al médico o ginecologo.