Si tu bebé llora intensamente, cierra los puños, se enrojece de la tensión y fuerza que hace y se lleva las piernecitas hacia la tripa, está sufriendo un doloroso y molesto cólico. Un gran enemigo de los peques en sus primeras semanas de vida y un sufrimiento para los padres que a veces no saben qué hacer.
Sabemos que es desesperante verle así, y sobre todo cuando llora y llora sin parar. Pero debemos mantener la calma para ayudarle a prevenir el dolor y conseguir que se calme o al menos, aliviarle:
- Movimiento: cuando los cólicos no son muy fuertes pasear al niño en brazos meciéndole ligeramente puede ayudarla a calmar el dolor.
- Cambio de posición: si después de comer el niño está tumbado en su cuna o sentado en la trona y le da un cólico, cámbiale de posición, colócale boca abajo sujetando su tripa con el brazo.
- Masajes: los masajes en la tripita son infalibles ya que les ayudan a expulsar los gases y aliviar el dolor rápidamente.
- Sonidos rítmicos: los sonidos suaves son un complemento perfecto a cualquiera de los trucos anteriores ya que consiguen tranquilizar un poco al bebé.
- Fuera ruidos: estar rodeados de mucha gente y los ruidos fuertes sólo conseguirán hacer que el bebé se ponga más nervioso y llore más.
Paciencia y ánimo si tu pequeño empieza a sufrir cólicos, pero con tu ayuda serán más llevaderos y conseguirás aliviarle en poco tiempo.
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