Dra. Anna Estapé
La otitis externa u otitis del nadador o de las piscinas es una inflamación del conducto auditivo externo (conducto que comunica el exterior con el tímpano) y su causa principal es una bacteria. No es lo mismo que la otitis media, que es esa otitis que se produce en el contexto de un resfriado en invierno por la acumulación de mucosidad.

La humedad del agua en los oídos es un factor que favorece la aparición de esta infección, por lo que son muy frecuentes en verano.
El síntoma principal es el dolor de oído, que suele ser muy intenso y que aumenta cuando apretamos la entrada del oído. A veces simplemente con tocar el pabellón auricular puede doler, o incluso al masticar. Los ganglios de la zona pueden aumentar su tamaño. Lo más frecuente es que afecte un solo oído. No suele aparecer fiebre.

Es frecuente en los niños, sobre todo en los escolares. ¡Un 10% de nosotros padeceremos una otitis externa en algún momento de nuestra vida!
El tratamiento consiste en la aplicación de unas gotas de antibiótico en el oído durante aproximadamente una semana y tratamiento del dolor con analgésicos. Como hemos dicho, el dolor de la otitis externa es muy intenso por lo que es importante combinar el tratamiento con fármacos para disminuir el dolor. A las 48-72 horas de iniciar el tratamiento suele notarse mejoría.
Es importante que durante el tratamiento intentemos evitar la entrada de agua en el oído, por lo que deberemos tener especial precaución con las piscinas y la playa. Si el niño se encuentra bien, puede ir al colegio sin problema, la otitis externa no es contagiosa.

Consejos para evitar la otitis de piscina
- Evita la humedad en el conducto externo. Seca la parte externa de los oídos después de bañarte o ducharte e inclina la cabeza para ambos lados para facilitar el drenaje del agua.
- No uses bastoncillos de algodón para limpiar los oídos. Pueden favorecer la infección o causar alguna pequeña herida que posteriormente se infecte. Tampoco te rasques el oído con otros objetos, por ejemplo bolígrafos.
- La cera es un mecanismo de defensa de nuestro oído, no os obsesionéis con quitarla. Basta con limpiar los oídos por fuera con una toalla después del baño.
- A veces puede estar indicada la aplicación, después de nadar, de unas gotas en los oídos de unos preparados que venden en la farmacia (normalmente a base de alcohol boricado o ácido acético). Esto puede prevenir la aparición de otitis externa y puede estar indicado si tu niño/a es muy propenso a contraerlas. Si quieres más información sobre este tratamiento, puedes consultarlo con tu pediatra.
2 Comments
Unos consejos muy prácticos y sencillos de seguir para poder prevenir la otitis y poder aprovechar el verano. Hay que estar muy atentos en los momentos del baño!
Gracias por compartir los consejos!
si, totalmente de acuerdo. Muchas gracias