Marta Cabezuelo. Odontopediatra
El uso de los chupetes es una costumbre muy antigua que actualmente está justificada a pesar de que hace unos años evitar el chupete era la recomendación más generalizada.
Hoy día la evidencia científica demuestra que es un instrumento muy útil para los niños así como para sus padres.
¿TIENE BENEFICIOS REALES EL USO DEL CHUPETE?
El chupete reduce la incidencia de muerte súbita del lactante, actúa como analgésico y si se deja antes de los 3 años de edad, cualquier malformación dentaria que pudiera producir tiende a desaparecer espontáneamente unos meses después tras finalizar su uso.
Cómo usarlo.
- Hay que intentar no utilizar el chupete en los primeros días de vida. dado que favorecerá la instauración de una lactancia materna eficaz.
- En ningún caso debemos usar el chupete como método para poder retrasar una comida.
- Muchos niños utilizan el chupete para tranquilizarse, sobre todo en la época del destete o en ausencia de los padres. En niños mayores tenemos que intentar no reñirles por su uso, de esta forma nos será mucho más difícil poder quitarlo de forma definitiva.

El chupete ideal.
Debe estar hecho de material saludable y seguro, tener bordes redondeados, poseer una anilla o tirador que permita extraerlo de la boca y la tetina no puede ser superior a 3,3 cm.
Por último, la base del chupete debe ser lo suficientemente grande para evitar que el niño pueda introducirse todo el chupete en la boca, con el consiguiente riesgo de asfixia.
Cómo y cuándo tiene que abandonar el chupete un niño.
A pesar de que se recomienda ir retirando el chupete a los dos o tres años de edad, no se debe tomar eso como una regla fija, sino que para cada niño se debería planificar una retirada flexible en función de su grado de madurez y sus circunstancias médicas y psicosociales.
Previamente, habrá que ir acostumbrando al niño a usar el chupete sólo cuando se vaya a la cama o en situación de mucha tensión emocional, hasta que finalmente lo deje de usar por completo. No obstante, siempre será mejor el uso del chupete que la succión digital (chupar un dedo), lo cual acarrea consecuencias mucho más graves e irreversibles que alargar el tiempo de chupete.
Alteraciones morfológicas en la cavidad oral.
Cuando un bebé se introduce la tetina de un chupete en la boca y lleva a cabo la succión no nutritiva, los incisivos inferiores se inclinan hacia dentro, mientras que los incisivos superiores se separan y se vuelcan hacia fuera. Conforme se perpetúa el uso del chupete, los colmillos comienzan a contactar entre sí, produciendo mordida abierta anterior.

Además, debido a la posición de la lengua y los músculos de la cara, el paladar tiende a estrecharse ocasionando mordida cruzada posterior.

Estas malformaciones se puede apreciar cuando la presión es más o menos constante durante al menos 6h diarias. La Dra. Jane Soxman, en su articulo publicado en la revista General Dentistry exponer que “precisamente por ese motivo los niños que usan chupete no tienen porqué sufrir una maloclusión”, sino que más bien el chupete actúa como un factor de riesgo más.

¿Cuál es la mejor tetina para la salud bucodental de un niño?
Lo que realmente preocupa a los odontopediatras en relación a la influencia de las tetinas en la dentición, además de que la succión no nutritiva, es la caries del biberón.
Se denomina así porque, aunque también puede aparecer por un uso indebido del chupete (untarlo en azúcar) es más frecuente que esta patología se presente asociada a la mala costumbre de dar un biberón lleno de zumo, leche o bebidas azucaradas para que bebé vaya bebiendo a demanda o permitir que el niño se duerma con él.
Según la Sociedad Española de Odontopediatría estos hábitos están absolutamente desaconsejados, a no ser que lo que contenga la botella sea, simplemente, agua.
En cuanto a las tetinas, lo ideal es que sean de caucho, látex o silicona para que no dañe las mucosas del bebé y para que esa consistencia blandita no provoque grandes deformaciones en el paladar.
Es aconsejable cambiarlos con cierta frecuencia, se recomienda que la vida de un chupete no sobrepase los dos meses, sobre todo cuando el niño ya tiene dientes, para evitar que el niño se atragante con los pequeños fragmentos que pueda arrancar al mordisquearlo.
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