Charlotte Nabizada (logopeda – ortofonista)
Sabemos que el juego es la manera que tienen los niños de transformar sus capacidades en habilidades para desenvolverse en su vida diaria. Por eso, queremos mencionar la importancia de los juegos de imitación y la utilidad que pueden tener en el desarrollo del lenguaje.

Cuando el niño se acerca a los dos años de edad, comienza a desarrollar un juego simbólico en el que empieza a crear representaciones mentales sobre el funcionamiento del mundo que nos rodea, imitan roles y actividades de la vida cotidiana, y comienzan a ponerle palabras a ello. La interacción con el adulto en ese tipo de juegos permitirá tener un modelo, por una parte de cómo se puede desarrollar una actividad o usar un objeto, y por otra de cómo llevar una conversación que acompañe ese juego.

En otras palabras, cuando el adulto comparte este tipo de juego con el niño, le transmite los siguientes aspectos relacionados con el lenguaje:
• Enseña que podemos transmitir ideas, deseos y sensaciones a través lenguaje, no sólo a través de ruidos y gestos que pueden ser más ambiguos.
• Muestra la importancia del respeto del turno de palabra para una comunicación efectiva.
• Ayuda a estructurar la fonología en el lenguaje si articulamos despacio y correctamente.
• Permite aumentar el nivel de vocabulario. Podemos pasar de un vocabulario concreto a un vocabulario más abstracto con el tiempo y la experiencia, utilizar sinónimos de las palabras que ya conocemos, entre otros.
• Puede ser una buena ocasión de mostrar modelos de estructuras gramaticales más complejas.
• Posibilita que vean la importancia de la narración y tengan un espacio en el que puedan desarrollar esta habilidad.
• También, permite descubrir distintas formas de usar el lenguaje (describir, gastar bromas, etc.)
Este tipo de aprendizaje no se adquiere si no existe una interacción con el otro, ya sea con adultos o con otros niños, y aunque los más pequeños sean capaces de desarrollar esas habilidades necesitan experiencias que les proporcionará su ambiente para adquirirlas.
Además en este tipo de juegos es importante permitir que la niña o el niño se descubra. Un mismo juguete puede ser utilizado de muchas maneras y con distintos fines, confiemos en las necesidades de los más pequeños, su sistema nervioso les guiará hacia las experiencias que necesitan adquirir.
Dicho de otro modo, permitamos que inicien ellos el juego y lo vayan
guiando, nuestro rol es de enriquecer su experiencia y ayudarles a poner palabras a ello. El observarlos nos enseñará mucho, y dejaremos sitio para su creatividad. Si vemos que se quedan atascados en un juego repetitivo, podemos proponer otras maneras de jugar al mismo juego con el fin de ampliar horizontes, pero siempre con un enfoque lúcido.
También, deberíamos tratar de abrir el tipo de juego proponiendo juguetes que no se cierren a un rol según el género. Por ejemplo, si ve a sus cuidadores y a sus amigos jugar indistintamente a las muñecas y a juegos de carpintería, lo normalizarán. Siempre teniendo en cuenta que pueden tener preferencias. En resumen, este acompañamiento en el juego simbólico nos permite estimular la adquisición y el desarrollo del lenguaje de nuestros pequeños, siempre respetando el ritmo evolutivo de cada
uno y sus preferencias, dando permiso al error en el aprendizaje, compartiendo momentos de diversión. Así es como mejor aprenderán la importancia del lenguaje en sus vidas.

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