Tener un hijo es el deseo de muchas parejas estables, como la pareja que tiene un pequeño supermercado al lado de mi casa, que durante un año han estado intentado quedarse embarazados sin éxito ninguno. Cuando hablo con ellos, puedo ver la frustración en sus caras, su desespero y decepción: “Se supone que era muy fácil”, me dicen. Sí, se supone, y más teniendo veintitantos…
La presión social no ayuda, aunque si eres tan joven como ellos, por lo menos, eso de “se te va a pasar el arroz” te ahorras oírlo pero, aun así, duele cada vez que te preguntan cuándo vas a tener hijos.
Llevar un año intentado quedarse embarazada no implica que haya detrás un problema de fertilidad. De hecho, un año es la media que tardan las parejas en conseguirlo. Pero como de eso no se habla sino todo lo contrario, que todos te dicen que ellos lo consiguieron muy rápido, tú te empiezas a angustiar cuando pasan los meses y el test de embarazo sigue saliendo siempre, mes tras mes, blanco nuclear.
Esta situación que cada vez viven más parejas –porque cada vez parece que hay más dificultades para quedarse embarazada– puede influir en la pareja y no siempre positivamente.
El reto de quedarse embarazada
Si bien es cierto que pasar por esta complicada situación puede fortalecerla, no siempre es así, y muchas parejas terminan por culparse el uno al otro, no comparten sus sentimientos y sus relaciones sexuales dejan de ser por placer y pasan a estar agendadas y cayendo en la monotonía.
Por eso, si te encuentras en esta situación, es importante que aprendas a comunicarte con tu pareja, le expongas tus sentimientos y también escuches los suyos. De este modo sabréis lo que sentís y podréis ayudaros uno al otro mucho mejor.
También sería bueno que buscarais actividades para hacer juntos que nada tengan que ver con bebés, como ir al cine o ver una película en casa, jugar a juegos de mesa, realizar recetas que nunca hayáis hecho… Y si eso termina en relaciones sexuales espontáneas que rompen esa monotonía, ¡bienvenidas sean!
Y también es primordial ser un poquito egoísta y hacer actividades solos, para mimaros un poquito y desestresaros, ya sea salir de copas con los amigos, leer un libro, escribir un diario…
Si es necesario, buscad ayuda psicológica para trabajar la ansiedad que puede generar esta situación, afrontad los miedos que puedan surgir y ayudaos a enfrentaros a los tratamientos de reproducción asistida si fuera preciso o establecer los límites hasta los que estéis dispuestos a llegar.
Y, sobre todo, no tiréis nunca la toalla, aunque un descanso pueda ser beneficioso porque nunca se sabe cuándo puede ocurrir el milagro.
Leave A Reply