Uno de los juegos más sencillitos y divertidos es, sin duda alguna, la plastilina. Pero muchas veces nos da reparo dársela a los peques, sobre todo a los más peques, por si incluyeran en su larga lista de componentes, alguno poco recomendable, por sus posibles efectos adversos.
Por eso hoy os proponemos un DIY de lo más divertido y útil para hacer con los niños y disfrutarlo fomentando valores y aptitudes directamente relacionadas con el lado más creativo, emocional y artístico: os enseñamos a preparar plastilina casera.
Lo que necesitamos
- 1/4 kg de harina de trigo (la normal también nos vale)
- 1/4 l de agua hirviendo
- 2 cucharadas sopera de aceite
- 1/2 taza de sal
- Colorantes vegetales
Paso a paso
- Echamos en una olla la harina, y la mezclaremos bien con el agua ya salada y el aceite.
- Encendemos el fuego y lo ponemos a media potencia. A medida que se va calentando, revolvemos todos bien para que se forme una masa homogénea.
- Cuando la masa se despega bien de las paredes de la olla y se forman bolitas y así ya se vuelve muy difícil revolver con cuchara, basta para saber que está lista.
- En el momento en que vemos que está en su punto, sacamos la masa de la olla para que se enfríe y podamos, de ese modo, manipularla.
- Amasamos durante unos minutos.
- Con guantes (de los finitos de látex nos vale), separamos la masa en trocitos y añadimos el colorante.
- Para que el colorante cubra todo, solo tendremos que amasar.
- Disfrutar jugando mucho.
Las cantidades fijadas se adaptan perfectamente a cambios (pueden perfectamente contemplarse, del mismo modo pero con mayores cantidades), si lo que queremos hacer conlleva una cantidad grande de plastilina o si hay más niños que vayan a jugar, por ejemplo. Sólo es una referencia.
¿Le gusta a tu peque la plastilina? ¿Alguna vez habéis probado a hacerla en casa?
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