Cuando estás embarazada una de las cosas que en mayor medida proliferan a tu alrededor, sea sobre lo que sea, son los consejos.
Familia, amigos y, en general, todo el mundo, se empeña en contarte cosas que, en principio te vendrán de maravilla y te servirán para que todo te salga rodado. Y sí, en principio esto es genial, porque ayuda, toda es poca.
Pero, si hay un pero, es en aquello de elegir nombre para tu bebé 😉 Y es que ya es complicado decidir algo así una única persona, dos ya se complica y si hay más personas, la complejidad va en escala.
Consejos para elegir (más o menos tranquilamente) el nombre para tu peque:
- Comunicación con tu pareja. Negociad sobre cómo vais a elegirlo, decidid unas pautas, por ejemplo: si queréis repetir o no nombres de la familia, o si hay nombres que no entran como posibilidad, y llegad a acuerdos previos a la toma de decisiones. Es muy importante en este punto decidir juntos si va a participar de la decisión alguien más o no. Y si no, haced lo que haga falta para que así sea. Aunque haya momentos en que se complique.
- Que no te afecten las opiniones de los demás más de la cuenta. Si lo van a hacer, es mejor que lo adviertas, que se trata de una decisión tuya o tuya y de tu pareja, de forma que así, nadie pueda opinar hasta que esté muy claro.
- Hay millones de nombres. Y cada uno de ellos con unos orígenes, una historia y un significado. Además de innumerables personas portadoras de los mismos y que, sin querer, muchas veces les dan forma. A todos seguramente nos vendrá un nombre a la mente qué solo nos recuerde a un tipo de persona, y si ese tipo no es de nuestro agrado, ningún sentido tiene pensarlo siquiera. Y descartamos. Keep calm and usa Internet y libros de nombres para informarte bien e ir poco a poco teniendo claro un esquema (mental o no) de qué nombres hay y cuáles entran directamente a tu top 20 o top 30. Recordad que el Instituto Nacional de Estadística tiene unas bases de datos que podéis consultar y ayudarán. Cada año hay algunos nombres que son los más elegidos.
- Haz listas. Identificando cuál es la tuya y cuál la de tu pareja, de forma que esté claro y con la misma cantidad de opciones (la cantidad la prefijáis y listo). Aseguraos de dejar espacio para hacer vuestras notas una vez contrastéis esos nombres anotados entre dos.
- No te agobies, hay tiempo de sobra. No tienes que decidirlo hasta que lo tengas claro, y esto puede ser después de conocerle. Hay muchos papás y mamás que lo hacen, y no tiene nada de malo, al contrario, es un momento más, igual de bueno para elegir.
- Lluvia de ideas y otros procesos creativos. Ayudan y abren bastante las posibilidades a un universo de otras que, probablemente no habíamos tenido en cuenta y las teníamos cerca.
- Si te bloqueas deja de mirar nombres y exigirte más y rompe con lo que estés haciendo. Embárcate en una actividad que nada (o poco) tenga que ver con esto y ya volverás a ello. Es importante no forzar y pensarlo con la mente clara, despejada y sobre todo descansada.
¿Qué os han parecido los consejos? ¿Cuáles daríais vosotras? ¿Cómo lo habéis hecho?
2 Comments
Mi marido es turco y yo española, la pronunciación de muchas letras es su idioma son muy diferentes del español, por eso fue dificiilísimo elegir nombre para que sonase bien en ambos idiomas. Los nombres turcos de mujer no son fonéticamente bonitos en español, excepto unos pocos. Yo, antes de quedarme embarazada, cuando conocí a mi marido, quería, si tenía alguna vez una hija, llamarla Cennet, que pronuncia Llenet y en turco significa paraiso (tanto terrenal como divino) pero cuando llegó el momento de la verdad, a pesar de que mi marido estaba de acuerdo hasta entonces, cambió de opinión y amigos turcos me dijeron que era un nombre como de abuela, como si aquí ponemos Eulalia, Dorotea, Florinda o algo así…y que la gente se metería con ella, ¡esperaron tres años para decírmelo!, quería estrangularlos. Así todo decidí descartarlo para que mi hija no estuviese toda la vida deletreando su nombre o dando explicaciones. Al final, entre mi marido y yo hicimos una lista con más de 50 nombres de todos los países y tras pensar y pensar durante meses (casi nace y no lo sabíamos) decidimos llamarle Alessandra, en italiano, para no tener problemas con la pronunciación en ningún país. Pero siempre me quedará la espinita de no haberle llamado Cennet.
¿Consejo?, elegir con tiempo y con el corazón, pero también pensando que ese bebé crecerá y tendrá que llevar su nombre consigo toda la vida y la gente puede llegar a ser muy cruel.
Qué bonito consejo Virginia, y qué bonita historia 🙂 La verdad es que tienes mucha razón. El mejor de los consejos, como en casi todo, es elegir con el corazón. Alessandra también es precioso, por cierto. Aunque Cennet, y su significado, tienen algo que engancha indudablemente. Un abrazo y gracias por compartirlo 🙂