Hoy tenemos un reto por delante, pero es uno de esos retos bonitos que merecen la pena para dedicarles el tiempo que nos apetezca, en casita, con los peques. Vamos a por un DIY que es precioso y que siempre sorprende, con un resultado genial
¿Qué necesitamos?
- Un par de envases de abalorios de colores (la cantidad en función de cuántos quieras hacer)
- Espuma para manualidades
- Cordel
- Recipientes de cristal de horno
- Un horno
Precalentar el horno al máximo (250º) durante 10 minutos y ve haciéndote con tus pequeños ayudantes de manualidades para que estén atentos y a punto de empezar a construir sus obras maestras.
Introduce los abalorios en los recipientes de horno en el orden que esperes encontrarlos, con los diseños pensados de antemano y fijados antes de meter en el horno. Tratemos de no hacer capas, situémoslos en una misma a todos.
Bajamos la temperatura del horno a 220º y dejamos que se vayan fijando. Mientras tanto, cogemos la espuma y la recortamos como queramos, de esta forma:
En cuanto estén listos los abalorios empezarán a hacer un sonido como ‘pop’ y habrá que extraerlos y dejar que se enfríen en sus respectivos recipientes. Puede utilizarse un espray antiadherente pero no es imprescindible. Si no se movieran y no tuviéramos este espray, con agua y jabón podemos sacarlos de sus recipientes y no deberíamos tener problema alguno.
Cogemos el cordel y enlazamos las cestitas de espuma con los círculos de colores y voilà!
Por último necesitamos elegir dónde los queremos colocar y fijarlos. Y a disfrutarlo
Vía: Thehandmadehome.net
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