¿A quién no le gusta un buen masaje relajante? Si has respondido que sí nada más leer la pregunta y te has imaginado como te sientes después de un fantástico masaje, imagina la relajación que puede producirle a tu bebé.
Los masajes relajantes infantiles tienes muchísimo beneficios para ellos: alivia molestias, relaja, favorece su desarrollo… entre otras cosas. Antes de empezar, elige un momento relajante: después del baño, antes de dormir o al despertarse.
- Utiliza aceites de almendra o jojoba, que son de alta calidad y no dañarán su piel.
- Elige un ambiente tranquilo, sin ruidos y con una temperatura ambiente adecuada.
- Prepara todo lo que necesites a tu alrededor, ya que cuando empieces no puedes separarte del bebé.
- Quítate anillos y pulseras que puedan estorbarte y dar frío al niño. Si tienes las manos frías, caliéntalas previamente.
- Coloca al bebé sobre una superficie plana con una toalla. Puedes dejarle desnudo o con pañales.
- Es importante elegir el momento adecuado, y que el bebé esté receptivo y tranquilo. Tú también debes estar relajado, ya que él notará la tensión en caso contrario.
- El masaje debes hacerlo con toda la mano, no sólo con las yemas de los dedos.
- Comienza por la cabeza, las manos o los pies, y después continúa de forma ascendente o descendente (dependiendo del inicio) por el resto del cuerpo.
- Debes hacer movimientos circulares y suaves por todo el cuerpo. Recuerda no presionar fuerte, es un masaje relajante.
¡Seguro que a tu bebé le encanta!
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