Ya ha llegado el verano y como todos los años nos ponemos a buscar los fotoprotectores del año pasado para ver si nos queda o tenemos que pasar por la farmacia a comprar. Ese sería el primero de nuestros fallos más habituales: los protectores solares de un año para otro no deberíamos utilizarlos. Por un lado, porque pierden efectividad; por otro, porque sería más conveniente seguir utilizándolo durante todo el año (y así se acabaría), dado que tenemos la gran suerte de vivir en una ciudad en la que prácticamente sale el sol durante todo el año.
Protección solar de los niños: imprescindible
Las cremas de protección solar son algo que deberíamos utilizar todos los días. Soy consciente de que es un tema de hábitos y, en la mayoría de los casos, los adultos no lo hacemos para nosotros. Sin embargo, sí nos preocupamos de ponérsela a nuestros hijos y enseñarles a hacerlo.
Algo que a mí me ayuda a empezar a utilizar el protector solar con los niños es el cambio de indumentaria. Que empecemos a ponerles manga corta y quitarles las chaquetas puede ser un buen recordatorio para empezar a protegerlos del sol cuando salen al patio.
Tenemos tendencia a hacer durar el fotoprotector y lo que, en realidad, nos recomiendan los expertos es que hay que ser generosos con él, cubriendo bien la piel y extremando las precauciones en las zonas más expuestas y/o sensibles como son la cara, las orejas, los hombros, el escote, las manos y los pies.
¿Cómo hay que ponerles la crema?
No sólo es importante el cómo, también lo son el cuándo y el cuánto. Lo ideal es ponérselo en casa, de 15 a 30 minutos antes de la exposición al sol, ya que, en realidad, las sustancias del protector solar no empiezan a hacer efecto en la piel hasta 20 minutos después de aplicarlo. Sería muy bueno que no les pusiéramos la camiseta a los niños inmediatamente después de aplicarles la crema porque será la camiseta la que absorba la mayor parte de ella.
La protección solar hay que renovarla cada 2 horas, sobre todo en el caso de los más pequeños que están en continuo movimiento, entrando y saliendo del agua. Cada vez que salgan del agua o se sequen con la toalla es necesario volver a ponerles la protección solar. Incluso aunque en el envase del producto ponga que es resistente al agua, la efectividad no será la misma y hay que renovarla.
Como padres es importante que sepamos que la piel tiene memoria. ¿Qué significa eso? Que sólo tenemos una piel para toda la vida y debemos cuidarla, y resulta que entre el 50% y el 80% de nuestra exposición total al sol se produce antes de los 18 años.
¿Cómo proteger a los bebés?
Los recién nacidos no es conveniente que se expongan al sol hasta los 6 meses, por eso debemos cubrirlos adecuadamente y mantenerlos a la sombra. De hecho, si os daréis cuenta de que no hay protectores solares recomendados para menores de esa edad.
Con los bebés de 6 meses en adelante debemos utilizar camisetas, gorras, sombreros, gafas y no exponerlos durante mucho tiempo al sol ni durante las horas centrales del día. Esto no significa que debamos quedarnos en casa y no salir con ellos, ¡para nada! Ir a la playa, a bañarse, a pasear… son actividades maravillosas para hacer con los pequeños pero hay que hacerlo en unas determinadas condiciones y de manera responsable.
Debemos ser conscientes que las radiaciones UV atraviesan las nubes y se reflejan en el agua, la arena, la hierba y la nieve. Que debajo de las sombrillas también da el sol porque atraviesa el tejido de la sombrilla y la arena las refleja. ¡Atención!, que en un día nublado es más probable que nos quememos porque la sensación de calor es menor y equivocadamente pensamos que no necesitamos protección. La protección solar siempre es necesaria.
El protector solar pediátrico
Finalmente la elección del protector solar es muy importante. Es necesario que utilicemos una protección solar específica para los niños, es decir, debemos comprarles a los niños un protector solar pediátrico, y comprar otro distinto para nosotros, según nuestro fototipo de piel. Al menos hasta los 12 años el protector de nuestros hijos debe ser pediátrico. Nosotros podemos utilizar el suyo pero, desde luego, ellos el nuestro, no.
Espero que después de estas pequeñas recomendaciones disfrutemos del verano, del merecido descanso vacacional y del resto del año ¡bien protegidos!
Por último, os recomienda este cuento para hablarles a los niños sobre la importancia de protegerse del sol.
Comment
[…] protector solar siempre, incluso si está nublado, almuerzo o merienda y […]